martes, 25 de agosto de 2015

El complejo de Napoleón realmente existe.

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Los hombres que se sienten menos masculinos son casi tres veces más propensos a cometer actos violentos en comparación con aquellos que están cómodos consigo mismo.

El muy beligerante Napoleón fue igualmente conocido por su corta estatura.
El "Síndrome del hombre Pequeño" realmente existe, así lo afirman científicos del gobierno de Estados Unidos, después de una investigación donde se demuestra que los hombres que se sienten menos masculinos están en riesgo de cometer actos violentos.

A pesar de que se supone tradicionalmente que los hombres 'machistas' son los más propensos a actos agresivos, en los casos en que se sienten que no encajan en los estereotipos de su género son igual de peligroso.

A veces llamado el complejo de Napoleón, el síndrome del hombre pequeño supone que los hombres que se sienten menos masculino buscan el poder, la guerra y la conquista como forma de compensar sus deficiencias físicas.

Los investigadores de los Centros para el Control de Enfermedades de Atlanta, Georgia, señalan que los hombres pueden sufrir de "estrés por discrepancia masculina" cuando sienten que están por debajo de las normas de género masculinas tradicionales. Y parece que sean más propensos a la violencia que los hombres que se sienten cómodos consigo mismo.

Se analizaron las respuestas de 600 hombres estadounidenses de edades comprendidas entre 18 y 50 años en el 2012 a una encuesta sobre sus percepciones de género masculino, su imagen de sí mismo, y el comportamiento, tales como el consumo de drogas, la violencia y el crimen.

Los hombres que se consideraban menos masculino que la media y que experimentaron estrés de discrepancia masculina tenían casi tres veces más probabilidades de haber cometido asaltos violentos con armas o agresiones con resultado de lesiones que los que no se preocupaban por eso.

No hubo asociación entre el estrés de discrepancia y el uso diario de alcohol o drogas, pero entre los hombres que se sentían menos masculino, y los que no estaban preocupados por esa circunstancia de masculinidad, eran estos últimos los que resultaban menos propensos a reaccionar con violencia o conducir bajo la influencia de alcohol o drogas.

"Esto puede sugerir que el uso/abuso de sustancias es un aspectos menos importante de la demostración de la masculinidad tradicional, en contraste con los comportamientos relacionados con el sexo y la violencia, tal vez debido a la naturaleza potencialmente privada del hábito", sugieren los investigadores.

Llegan a la conclusión de que los hombres menos masculinos que experimentan estrés de discrepancia pueden estar en riesgo de demostrar violencia grave.

El año pasado un estudio de la Universidad de Oxford concluyó que por ser más pequeño hace que la gente lleguen a sentirse paranoico, desconfiado y más propensos a pensar que la gente les está mirando o hablando de ellos.

La investigación fue publicada en la revista Injury Prevention.